top of page

Epopeyas Lésbicas del Caribe:

Vida y Obra de Yolanda Arroyo Pizarro

Yolanda Arroyo Pizarro de niña.jpg

"Un día, yo me doy cuenta que estoy escribiendo de algo que mucha gente lo considera tabú, pero no solo escribiendo de algo tabú; estaba viviendo una vida tabú. Ser una mujer lésbica en el caribe, en Puerto Rico era o es algo tabú”

(Y. Arroyo, Pizarro. comunicación personal, 11 de enero de 2021).

  1. Caminos del Reconocimiento: Vitae

Para los conservadores de la literatura que alguien hurte un libro solo para estar cerca de ellos, puede parecer una herejía y un signo de que no es alguien muy culto. Más a ella, le resulta tan hilarante que me lo dice sin ningún escrúpulo, con una gigantesca sonrisa en su rostro violeta. Confrontada ante mi vanidad por los libros, pienso de inmediato ¡enhorabuena que no la atraparon!, pero eso es algo en lo que no piensa “un ser atractivo” - trascendente a los binarios entre lo masculino y lo femenino-  que se la ha pasado en contienda contra los elementos heteropatriarcal y conservadores de su sociedad.  

Nacida en un pueblito costero en la localidad puertorriqueña de Guaynabo, a comienzos de la década de los setenta, Yolanda Arroyo Pizarro se define a sí misma como “una niña parida por su abuela”. Cuenta que de pequeña amaba las enciclopedias: “para mí eran una maravilla”, pasión que fue manifestando a temprana edad, pues gano diversos concursos escolares con sus ensayos y sus primeras columnas comenzaron a circular en el periódico del colegio San Vicente Ferrer, en el municipio de Cataño. 

Comenzó estudios superiores en la Universidad de Puerto Rico, pero como las condiciones materiales de existencia no esperan a nadie. Yolanda tuvo que suspender sus estudios y terminar su licenciatura en la Universidad Central de Bayamón. Finalizando sus estudios doctorales en literatura puertorriqueña y caribeña, señala que “tiene otras cosas más importantes que sus estudios en estos tiempos de pandemia”. El acervo de su obra- todavía en crecimiento-  va desde temáticas queer hasta talleres de creación literaria y composición de textos infantiles para la niñez afro de Puerto Rico. Yolanda es también docente universitaria. 

Este ser lésbico caribeño es una autora polifacética, no solo por la diversidad de su discurso literario, sino también por su pensamiento lésbico decolonial e interracial. Algo que ella misma dice fue el resultado de indagarse ¿Cómo me voy a salvar?; ¿Cómo voy a vivir con esta verdad? Esta “niña pobre”- comenta contrayéndose a sí misma-  encontró en el mundo de la literatura la mediación para atender a esa pregunta que muchas personas pasan la vida entera intentando responderse. Enfrentó con su pluma un mundo que segrega la diferencia y calla a las mujeres. Donde una mujer afro, abiertamente lesbiana y critica es intimidante.

Lo que era un acto de confrontación con la conciencia pensante, se dio para Yolanda como algo instintivo: “comencé a escribir de todo y sin querer termine escribiendo de literatura lésbica, algo que resulto obvio”. Pero la difusión de su obra transgresora debía enfrentar el escrutinio de librerías y editoriales a las que no les interesaba mariquear sus anaqueles. Algo que provoco en un momento abatimiento en su vida. Durante el periodo del 2003 al 2004 encontró varios grupos y colectivos de hombres y mujeres diversos, comienza a leerlos, a participar de sus encuentros y acercarse a ellos. Entre los cuales, destaca el colectivo Literario Homoerótica y la editorial Egales en España. Estos grupos disidentes fueron una inspiración para Yolanda, ella misma menciona que le salvaron la vida de una manera u otra, le brindaron la posibilidad de sentirse refirmada e identificada. Sus textos comenzaron a circular, a generarle reconocimiento en américa latina y algunos países europeos, pero sobre todo comenzó a generar agitación y discordia en sus lectores, pues si algo no hay en su obra es un amor romántico ni un vivieron felices para siempre.

     

94144043_10222117536431229_5515389881020

2. Compendio Lésbico Literario: la inquisidora

La literatura queer de Yolanda es un ejercicio de confrontación interna. Sus obras plasman los estereotipos latentes en las relaciones lésbicas, las imposiciones hetero-normativas que se desenvuelven en la lógica del binomio masculino y femenino. Así, por ejemplo, encontramos en la novela Violeta consideraciones raciales en la triada amorosa entre Vita Santiago, Violeta e Iolante. El deseo desmesurado de Vita se determina por el color de piel y el cabello afro de sus amantes Violeta e Iolante. El personaje de Vita recopila aspectos trillados sobre la apariencia de las mujeres lesbianas: el vestir masculino, la voz gruesa, la corpulencia, ser activa sexualmente y negarse a la penetración por parte de su amante.

Vita encarna el rol del “macho alfa dominante”, mientras que la narradora (Iolante) se convierte en la responsable de la depresión de Vita y asume el papel de la mujer traicionada que necesita que la rescaten.

En Caparazones, la autora plasma la historia de dos mujeres, una de ellas casa con David con quien tiene una hija, pero a su vez esta misma mujer tiene una vida con otra mujer fuera del matrimonio y con hijo de por medio. Las historias narradas por nuestras abuelas de manera de anécdota son encarnadas por mujeres, empoderadas y patriarcales, capaces de engañar y mentir como lo haría “un macho” provinciano. La exposición del patriarcado tradicional es el sello de la obra de la puertorriqueña, vemos la repetición de patrones que considerábamos fuera de las lógicas lésbicas actuales, pero que todavía hace parte de la literatura gay, lésbica y LGBTQ.

La autora se mofa de las practicas heterosexuales dentro de las relaciones homosexuales, como lo son el emparejamiento monógamo, la procreación, la reafirmación de los valores de la familia hetero- normativa y el engaño entre las amantes. Violeta es una obra que presenta también los abusos a los que son sometidas las mujeres por parte de sus parientes. El personaje de Vita es abusada sexualmente por su progenitor, auspiciado por su tía y esto desencadena comportamientos violentos en ella y tendencias al suicidio.

Las obras de Yolanda son una invitación a cuestionar las identidades alternativas al modelo hetero-normativo. Sus obras permiten pensar ¿Qué tienen realmente de disidentes o transgresoras las obras de literatura que tratan temas LGBTIQ?; ¿Son estas disidentes por el solo hecho de narrar relaciones amorosas entre personas del mismo sexo?

 

Debemos reflexionar si realmente continuamos defendiendo la libertad y la diversidad en las identidades sexuales, si nuestra idea del género ha transcendido más allá del clásico binario hombre – mujer en las relaciones entre mujeres. Yolanda nos confronta con las luchas que hemos ganado y con aquellas que hemos abandonado en miras a encajar en el sistema que nos ha censurado históricamente. Ella es reiterativa, tanto en sus obras como en sus charlas, que relaciones como las que se presentan en Violeta y Caparazones no son el ideario para nuestra liberación. Muy por el contrario, están ahí a modo de denuncia, hacer un llamado a la consciencia sobre las lógicas de dominación presentes en las sexo-disidencias; las cuales, anulan el propósito emancipador de muchas obras literarias, el propósito transgresor de las relaciones poli-amorosas se pierden en el engaño y el abuso. Ella se indaga por ¿qué de transgresor puede tener la repetición de la falta de ética dentro de los estatutos monógamos atrasadísimos de hoy en día? Ver con escrutinio las formas de opresión que las instituciones sociales ejercen sobre los movimientos Queer y tener una actitud crítica es uno de los regalos del acervo literario de Yolanda Pizarro a sus lectores.

VIOLETA.jpg
Imagen1.jpg

3. La/el Adalid de Puerto Rico

“Este atractivo ser” encarna un feminismo y activismo queer que trae al escenario “las contradicciones resultantes de las variables raza, clase y género (…) promoviendo la síntesis de banderas de lucha que históricamente han sido levantadas por los movimientos negros y movimientos de mujeres del país” (Carneiro 2005, 23 citado en Large, 2018, p. 265). Vemos como mimetizamos las prácticas de control patriarcal a las que nos hemos opuesto, pero que se han insertado en nuestra forma de vida aparénteme transgresora. "Yo fui testigo de un lesbianismo patriarcal y machista. Mujeres que inclusive asesinaron a sus compañeras. Esas experiencias no podían quedar en silencio" (Y. Arroyo, Pizarro. comunicación personal, 11 de enero de 2021). Menciona Yolanda, mientras hace una invitación a no renunciar a la auto crítica y sobre todo a seguir escribiendo.

Para ella la literatura es maleable y va cambiando, lo cual, implica que la manera en que pensamos y escribimos sobre temas queer debe irse reinventado. Su ejercicio de escritura comenzó como una denuncia, también como una terapia o abrigo para esas personas que según ella “no pudieron seguir viviendo en este planeta con tanto dolor”, ella escribe para ver si alguien se sana. Está convencida de la ética en las relaciones sexo-afectivas, de la honestidad, del poliamor legal y la monogamia legal. En síntesis, de relaciones con dignidad y ética entre sus miembros indistintamente del género o el sexo. 

“El discurso literario de Yolanda Arroyo Pizarro puede ser considerado como “relacional” (Glissant 1990), es decir basado en una modalidad de pensamiento que no tiene como fines absolutos la “totalidad” o la “transparencia”, principios fundadores del pensamiento eurocéntrico al que la autora opone la “opacidad” (Glissant 1990), la “ambivalencia del mimetismo (casi lo mismo, pero no exactamente)” (Bhabha 2002 citado en Large, 2018, p. 265). 

Hace una invitación a todas las mujeres a escribir, desde las disidencias, desde el análisis social y cultural. A pensarnos el dolor y la manera en que amamos, a no repetir los patrones del patriarcado dentro de un imaginario donde hay lesbianismo, donde la forma de amar debe pensarse y sentirse desde la libertad y la aceptación de la diversidad, romper paradigmas que nos fueron impuestos a las mujeres. Ella dice, que le hubiera gustado tener una Violeta o un Caparazones cuando era niña, su objetivo es que aquellas mujeres que viven una vida tabú se atrevan a vivir fuera del ropero, a sanarse con sus letras, decirle a una sociedad alienante sin miedo: "nadie nos quiere, pues esperate".

bottom of page