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Historia de vida

Verónica Ferrari Gálvez

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“No quiero que me digan que estoy muy

chiquita o que no entiendo de estas cosas: si se van al

infierno, como dice el lobo, yo quiero ir con ustedes”

El descubrimiento de Pipina 

(El clan de los cuentos. Historias infantiles

para el siglo XXI;FCE, 2020)

Haciendo de la rebeldía su estilo de vida, alzando la voz, contagiando su magia,  la escritora de: "¿Camila tiene dos mamás?" y "El descubrimiento de Pipina",  nos cuenta su historia:

 

Verónica Ferrari Gálvez, lingüista, gestora cultural, editora, poeta y escritora de historias diversas, defensora de los derechos humanos, activista del Movimiento Homosexual de Lima (MHOL), y abiertamente lesbiana.

Nace el 11 de junio de 1979 en Lima-Perú (Chosica), descendiente de una familia de numerosos hermanos y hermanas, tradicional y conservadora.

 

Nos cuenta que desde muy temprana edad sintió interés afectivo por personas de su mismo sexo, a sus 7 años se dio cuenta de que le gustaban las niñas, su reacción fue evitarlo, esconderlo, huir de sus instintos:

“En ese tiempo en que creía en Dios, pensaba que se había equivocado conmigo poniéndome en el papel biológico de una mujer; en ese entonces quería ser religiosa, quería ser mártir y que me quemaran en una hoguera“ comenta jocosamente. A partir de ese momento e ignorando su verdadera identidad sexual, Verónica decide hacer a un lado sus impulsos lésbicos y continuar por el sendero seguro y austero de la heterosexualidad.

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11 años más tarde, Verónica Ferrari a sus 18 años, ahora estudiante de Derecho y Ciencias Políticas, llega al MHOL gracias a un proyecto de investigación en medicina legal, y aun así continúa con sus estereotipos sexuales, desde el encubrimiento de una orientación sexual y afectiva que en su momento desconocía. Tiempo después, habiendo desertado de la carrera de Derecho y Ciencias Políticas por considerar insoportable la posición homofóbica y machista, característica de la profesión en su época, ya

encaminada en el terreno de la lingüística, con una hija de 6 años (Camila) y una ex pareja heterosexual, con quien aún compartía techo, observa un programa televisivo llamado: The L Word (Más que amigas), serie de ficción, relatada por mujeres lesbianas, quienes hablan de sus experiencias de vida, desde una postura de inclusión y rebeldía.

Dicha serie fue una revelación en la vida de esta mujer, y a partir de ello, decide regresar al MHOL, en esta ocasión desde una iniciativa libre y voluntaria. Verónica entra al MHOL de nuevo, a sus 28 años, esta vez para no volver a salir de allí.

 

Sus primeras visitas en el MHOL, son consideras por Verónica Ferrari como una terapia de choque, puesto que en su momento, si bien comenzaba a aceptar su diversidad sexual, aun se seguía viendo a sí misma como tímida e insegura. Poco a poco en el taller le ayudaron a dejar a un lado todos estos prejuicios y con el tiempo adquirió el valor y la confianza necesaria para llamarse así misma lesbiana, y sentirse orgullosa de ello.

A pesar de mantener en secreto familiar su evolución y los cambios vivenciados en su ser, Verónica se convierte en miembro activo del Movimiento Homosexual de Lima.

 

En 2011 Verónica participa en “Besos contra la homofobia” una actividad de protesta, en respuesta a acciones discriminatorias evidenciadas en el sector de Lima, este evento pacífico y revolucionario, se convirtió en un gran tropel, en el momento en que llegaron funcionarios de la policía y golpearon arbitrariamente a los y las manifestantes del colectivo LGTBI, entre elles Verónica Ferrari, quien es televisada por todos los canales de comunicación, y con esto su gran secreto sale a relucir ante su familia y el mundo entero. Esta situación es tomada por Verónica con gran emoción y a la vez nerviosismo, dado que deseaba en su interior contar su descubrimiento de ser lesbiana, y los medios masivos extendieron la información que le ahorró la incomodidad de tener que dar explicaciones molestas.

 

No obstante, fue debido a esto que tuvo que afrontar las consecuencias que acarreaba su nuevo estilo de vida: en una de esas ocasiones, su hermana y compañera de vivienda la sacó de su casa con Camila, al enterarse de lo ocurrido. Ante este hecho, Verónica se traslada con su hija a vivir al MHOL, ¡ambas con la frente en alto!

Posterior a la revelación familiar, cada uno de sus parientes expresó su postura, ya sea desde el rechazo, o desde el acogimiento y la empatía. Su padre, quien falleció tres meses después del nacimiento de su nieta Camila, no tuvo la oportunidad de objetar al respecto. Su madre en un primer momento lo consideró demasiado escandaloso. Pese a esto, con el tiempo lo fue aceptando, ¡total, y Verónica ya era una mujer adulta e independiente!. Por otro lado, su hermana quien se mostró renuente ante la aceptación, finalmente terminó mostrando congratulaciones frente a la causa.

Años más tarde, desde el empoderamiento de la cultura LGTBI y en la lucha constante de los derechos humanos, Verónica Ferrari se  haya en la búsqueda de acciones potentes y disruptivas que se puedan aplicar en el ámbito de la literatura diversa,  con su amiga Zoe Santa María, se gesta la idea de un libro infantil ilustrado por  Mayra Ávila, el cual en homenaje a su hija, adquiere el nombre de: "¿Camila tiene dos mamás?", y paralelo a ello se crea una editorial aliada: “El armario de Zoe”. En esencia el libro es inspirado en su historia personal y  relata posibles dificultades en las que su hija pudo encontrarse amenazada ante la situación parental con su madre.

Desde entonces Verónica ha adquirido un reconocimiento mucho más público que antes, ha escrito otros cuentos como: el cómic "Súper amigues", "El descubrimiento de Pipina", entre otros.  También  participó como actriz testimoniante en la obra de teatro "Proyecto Maternidades", es consultora en derechos de las mujeres, LGTBI y niñes, se encarga de editar noticias en una web, y es el enlace directo con las noticias latinoamericanas. Lidera un proyecto de biblioteca infantil junto con su compañera Ana Karina Barandiarán, el cual tendrá próximamente sala de cine, y en sus tiempos libres estudia cinematografía y coordina obras sociales.

 

Verónica Ferrari, una mujer de manos a la obra, plasma sus sueños en la permanencia del mundo real, hace de su historia un ejemplo de vida, una guía en la lucha, y agrega: “Mi mayor sueño es que los niños tengan posibilidades, que puedan ver más allá de lo que la realidad les da, que la pobreza no aplaste sus sueños, que puedan soñar mucho más de lo que pudieron soñar sus padres”.

Encaminado a esto, entre sus proyectos a mediano plazo se encuentra iniciar talleres de lectura, arte y música, ayudar a que las niñas se quiten el miedo de ser lesbianas, y a los padres, a que se sientan orgullosos de tener hijes LGTBIQ+.

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Verónica y Camila

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